12/2/15

The Brew + Daze of Dawn, 16 Toneladas, 6 Febrero 2015

El pasado viernes tuvimos la oportunidad de vivir una de las experiencias de Rock & Roll más auténticas de los últimos tiempos, y es que el grupo Británico The Brew se acercaba al 16 Toneladas a presentar su último trabajo, "Control".

Abrió fuego la banda valenciana Daze of Dawn, que contaron con unos 45 minutos para leventar a un público que tampoco necesitaba demasiadas excusas para animarse; todo un gusto ver un público atento al telonero. Empezaron con una gran versión de "I am the Walrus", y eso bastó para meterse a la gente en el bolsillo. Poco a poco fueron consumiendo su tiempo con canciones propias y  más versiones, e incluso regalando ni más ni menos que 150 copias de uno de sus trabajos: Drug Testing, de 2006. Todo un detallazo. A parte de algún problema con el micro (y el poco espacio que tenían en el escenario), fue un muy buen concierto.



Pasada la 1,15 de la noche subía al escenario The Brew, con una ovación cerrada. Antes he lanzado la piedra de que asistí a una exhibición de auténtico Rock & Roll, y ahora toca explicarlo: la experiencia se basa en varios principios básicos del género, tales como un frontman con carisma, una actitud totalmente descarada, una perfección absoluta a la hora de tocar (tres auténticas máquinas de tocar guitarra, bajo y batería), una legión de fans totalmente entregados y un repertorio basado en el último trabajo. No es una crítica, es 100% un elogio.







Algunos momentos y temas con los que flipé: Repeat, la mejor manera de empezar un concierto; Pause, una exhibición de voz y de cómo hacer un tema de rock sicodélico; Fast Forward, tema en el que se fue la luz durante unos 10 minutos; Temas de su anterior trabajo, "Every Gig has a neighbour" y "A million dead Stars" (con el que abrieron el bis) brutales, con la gente cantando; Un solo de batería que no estoy seguro de cuanto duró, pero que puso los pelos de punta al público (o al menos a mi); Y un bis en el que cayeron trozos de canciones míticas como "Baby please don't go" (Big Joe Williams) o "Whole Lotta Love" (Led Zeppelin).





Una noche sudorosa, enérgica y que acababa de la mejor manera: con la sensación de haber tenido la suerte de estar allí.

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